Capítulo 2
Ya han pasado 10 años desde que Ikuto se fue, pensaba
nuestra protagonista que se había convertido en una adolescente de 16 años ya.
Su vida había cambiado bastante, su madre era una famosa escritora y su padre
un conocido fotógrafo. También la familia había aumentado en un miembro más,
Hinamori Ami, la hermanita pequeña de Amu. Este no es el único cambio que
sufrió la pelirrosa en su vida, cuando tenía 12 años nacieron tres huevos que
representaban los sueños de esta, sus nombres son Ran, Miki y Su. Ahora mismo
Amu está estudiando diseño y moda. Se
reúne de vez en cuando con sus compañeros de clase, Hotori Tadase, Yuiki Yaya,
Fujishaki Nagihiko, Mashiro Rima y Souma Kukai.
-Amu-chan, ¿en qué piensas?- le preguntaron sus tres charas
-Umm…en nada en especial, solo estaba recordando los tiempos
pasados con los demás-sonrió levemente.
-Amu-chan, si no te das prisa llegarás tarde a la reunión-
le dijo Miki
-Sí, si lo sé. ¡Vámonos!
Nada más salir de casa, Amu sentía como si alguien la
observara, o la siguiera. Un tanto insegura cambió de camino para llegar antes
al sitio de la reunión, pero ese sentimiento extraño seguía presente. Sin darse
cuenta se estaba dirigiendo hacia el parque donde jugaba de pequeña, junto a
Utau e Ikuto. Después de un rato escondida de algo o alguien, se fijo donde
estaba, sentía algo de nostalgia en ese lugar, quería que aquellos momentos de
alegría pura y sin preocupaciones volviera. Quería ver a Utau de
nuevo…quería…verle a él. No sabía porque quería verles tanto…apenas se conocían
a pesar de todo lo que pasara, pero sentía que algo les unía.
Sin que Amu lo notara, alguien la observaba desde un árbol,
analizando cada movimiento de la chica y sus pequeñas compañeras.
-¿La conoces nya?- preguntó alguien.
-hmm…- fue la única respuesta recibida.
Finalmente la noche cayó y Amu debía regresar a casa si no
quería preocupar a sus padres, sabía que le podría caer una buena si no
regresaba pronto. Estos eran estrictos ahora porque las vacaciones se
aproximaban y Amu debía esforzarse en sus estudios y dejar de jugar tanto con
sus compañeros.
Unas semanas después, el tiempo de los exámenes se termino,
estaban a punto de comenzar las vacaciones. Amu estaba tranquila pues todo le
había ido genial, y ahora podría disfrutar de un maravilloso tiempo libre junto
a sus compañeros. Aun se sentía un tanto insegura, porque cada vez que salía a
algún sitio notaba la presencia de alguien observándola. Tenía algo de miedo, a
pesar de esto, jamás les dijo nada a sus padres o amigos para no preocuparles.
-Debería salir e intentar averiguar que es esa extraña
sensación que tengo…-dijo la pelirrosada un tanto dubitativa-pero… ¿¡y si es un
pervertido que me quiere secuestrar!?- se asusto un poco ante esta opción.
Tras estar pensando un rato laaaaaaargo (más largo que la
palabra :3) decidió salir e investigar, prefería concretar si de verdad era un
pervertido o simplemente su imaginación. Preparó sus cosas, se puso una ropa cómoda
por si había necesidad de escapar.
Para su sorpresa, esta vez no sentía que alguien la vigilara
ni nada por el estilo, cosa que le sorprendió. Comenzó a caminar por si había
necesidad de alejarse de casa para que empezara ese extraño sentimiento, caminó
sin un rumbo fijo, al pasar cerca del parque donde jugaba cuando era pequeña empezó
a sentirse observada, desde ese momento lo notó. Camino y caminó por horas
hasta la noche, al caer la noche, ese sentimiento se hizo más fuerte. Tenía
miedo, no sabía dónde estaba exactamente por caminar sin rumbo durante horas.
Finalmente acabo metida en un callejón oscuro y sin salida, tenía miedo de
girarse por temor a encontrarse a un pervertido. A pesar de todo si quería volver
a casa no le quedaba más remedio que girarse…eso hizo y para su desgracia se encontró
con 3 pandilleros que le bloqueaban completamente la salida.
-Hola preciosa, ¿Qué haces a estas horas tu sola por estas
calles? –le miraba relamiéndose.
-E-eso es algo que a ti no te importa…- dijo temblando.
-Vamos…te acompañaremos a casa por un módico precio…quédate
un rato a jugar con nosotros. Te lo pasarás muy bien- tras decir eso se puso la
mano cerca de la entrepierna.
-No…no puedo…Tengo q-que irme a c-casa…- tras decir eso
chocó contra la pared del fondo.
-Vamos muñeca no te haremos ningún daño- se acercaron a ella
y al intentar meterle mano está se defendió.
-¡No! ¡Dejarme en paz! ¡No me toques pervertido!
-¡Agarradla! ¡Si no quiere jugar por sí misma la
obligaremos! Me gustan las chicas difíciles como tú. Es una pena que me deshaga
de ti después de jugar.- la sujetaron de las manos contra la pared, sacaron una
navaja para que no se moviese. Pero cuando iban a quitarle la ropa…
-Como la toquéis no saldréis vivos de aquí- se escucho una
voz masculina que provenía de la oscuridad.
-¿¡Quien eres tú!? ¡Sal a la luz cobarde!-gritaron los dos que
no sujetaban a Amu.
-Mi nombre es algo que no os interesa, soltadla o no
pasareis de hoy. –sonaba enfadado.
-…- Amu estaba totalmente perdida, temblaba de miedo y sus
lagrimas comenzaban a salir de sus ojos.
-No llores-le dijo desde la oscuridad.
Después de esa frase Amu estaba suelta y el hombre que la
sujetaba estaba desmayado en el suelo. Los otros dos fueron hacia la persona
que les atacó pero ambos quedaron noqueados también. Amu seguía paralizada,
llorando como una desconsolada, quería irse a casa pero tenía demasiado miedo
dentro del cuerpo.
-Amu- le dijo tras acabar con los tres hombres que la tenían
acorralada. El estaba a su lado, no sabía si era bueno o malo, a pesar de todo…seguía
en shock. No podía moverse y si lo intentaba no era capaz de reaccionar, ahora
mismo era muy vulnerable a cualquier cosa.
-Tranquila, estas a salvo- seguía sin ver a su salvador,
este la cogió en brazos para sacarla de allí.
-G-gracias…pero… ¿quién eres?- alcanzo a decirle antes de
caer desmayada en sus brazos.
-Siempre dando problemas, pequeña…-sonrió levemente.
Después de un rato Amu despertó, no sabía dónde estaba, el
sitio no le era familiar. Estaba en una cama, pero no era la suya, se sentía un
poco aturdida tras el miedo de antes.
-¿D-donde estoy?- dijo mirando para toda la habitación
-Por fin has despertado, Amu- le contestó una voz masculina.
Un chico de cabellos y ojos color zafiro estaba apoyado cerca
de la puerta, un tanto sonriente por ver a la chica despierta y en perfectas
condiciones.
-¿Eh? ¿Nos hemos visto antes?- pregunto al ver al chico un
tanto dubitativa.
-Tsukiyomi Ikuto.-fue lo único que contestó.
ahhh me encanto plis continualo rapido >_<
ResponderEliminar